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Hemos considerado que podría resultar interesante comparar los últimos datos publicados por el CIS (Enero 2016) sobre la confianza de los consumidores con respecto a sus compras actuales y futuras, con la venta de cigarrillos y otras labores del tabaco.
Primero viendo los datos del CIS, y del que creemos es el indicador más importante para tomar el pulso al presente y futuro del comercio minorista, el Índice de Confianza del Consumidor (ICC). Se realizan cada mes unas 2.000 entrevistas entre españoles de todas las provincias, edades y clases sociales, en una muestra representativa y comparable entre periodos.
Durante todo el año 2015, el ICC ha ido creciendo mensualmente con respecto al año 2014, llegando a alcanzar los 107,4 puntos en diciembre 2015. Para que entendamos el índice, es importante recalcar que es un índice que comienza en 0 y termina en 200, siendo 0 una situación improbable de parada económica total (nadie compra nada de nada) y siendo 200 lo opuesto (todo el mundo puede y compra de todo, y con alegría todo el tiempo). Lo normal es estar por encima de 100 (situación económica estable pero no muy boyante, cierta alegría para realizar algunas compras) y hasta 150 (situación económica estable, en claro crecimiento, boyante y que permite comprar bastantes productos y muy variados, como sucedía antes de la crisis financiera del 2008).
Esta tendencia positiva de 2015 se ha frenado en Enero 2016, bajando el ICC a 99,1 puntos que es prácticamente lo mismo que en Enero 2015 (99,6). Los expertos culpan de este cambio de tendencia a la actual situación política de incertidumbre tras las elecciones, añadiéndole la crisis de la bolsa generada por muchas razones (posible recesión en China, bajada del precio del barril de petróleo, terrorismo, etc.) A su vez, el índice de expectativas (lo que piensa el consumidor que pasará con la economía, y con sus compras y planes de ahorro en concreto) también ha retrocedido en Enero.
En resumen, íbamos mejor pero ahora nos reservamos un poco hasta ver qué pasa en estos próximos meses.
¿Y las ventas de tabaco? Pues las noticias no son malas en general. Parece que se ha reducido bastante la caída que se registraba en los últimos años. Pensemos que en 2012 Vs 2011 se vendieron legalmente un 11,39% de cigarrillos menos, y que en 2013 Vs 2012 el dato fue similar: 11,09% de caída en ventas legales de cigarrillos. Ya en 2014 Vs 2013, la caída fue mucho menor: un 1,49%. Y este último año 2015 prácticamente ha mostrado cifras de ventas muy similares a 2014.
En concreto:
LABOR DEL TABACO | % de variación en ventas unitarias |
Cigarrillos | -0,63% |
Cigarros | -0,71% |
Picadura liar | -1,91% |
Picadura de pipa | +1,13% |
Fuente: Comisionado del Mercado del Tabaco Enero 2016
Las cifras del total de España son las mostradas en la tabla anterior, pero habría que resaltar que en tres comunidades autónomas, Murcia, Galicia y Cantabria, las ventas han sido prácticamente iguales que el año pasado; y en Andalucía, las ventas de cigarrillos han crecido un +2,34% y las de cigarros un +0,03%. A lo mejor es que hay algo menos de contrabando en esa comunidad, tan castigada por las ventas ilícitas.
Es difícil establecer una relación directa entre el entorno económico y las ventas de tabaco sin entrar en otros pormenores, como son el comportamiento de los segmentos de precio (la marca líder Marlboro con precio premium crece casi un 6%, Winston también crece pero menos, un +1,87% y Camel también +1,26%, y de las asequibles West Brooklyn +5,7% y Pall Mall +3,2%. El resto de marcas entre las de mayor volumen, las quince primeras del ranking, pierden ventas). Por otro lado, la picadura de liar desciende más del doble (-1,91%) que la de cigarrillos, se da un incremento en ventas de la picadura de pipa (+1,13%), se desconoce el auge o disminución del contrabando y las falsificaciones, o el abandono del hábito de fumar, cuyo estudios no son claros y determinantes, variando mucho según la fuente por los intereses creados. Todas estas variables son difíciles de conjugar, pues muchas de ellas presentan datos poco contrastados, como es el caso del nivel de contrabando basado en el número de cajetillas intervenidas, que no determina el número real de cajetillas contrabandeadas, siendo una estimación poco rigurosa.
Aun así, podríamos atrevernos a predecir que si la situación sigue igual, sin grandes variaciones del ICC, sin subidas de impuestos al tabaco, con el mismo nivel de contrabando y de abandono del hábito de fumar; las ventas de labores del tabaco en 2016 serán muy similares, o quizás algo menores, a las del 2015, lo que viniendo de épocas de grandes caídas de ventas no deja de ser esperanzador.